Provocación

Al impulsar iniciativas que mejoren la calidad de vida de las personas realizamos múltiples acciones. Sabemos que ellas son solo un medio, un instrumento. the-lovers-1928(1).jpg!LargeQue todo lo hecho adquiere sentido en tanto logremos un fin, provocar el cambio, una situación mejor en los otros. Cabe preguntarse entonces cómo ha de generarse ello revisando el razonamiento que guía el diseño de una intervención.

Quienes impulsamos la intervención llevamos a cabo múltiples tareas. Si fuéramos más específicos, podríamos decir que nuestras actividades suelen estar estructuradas a través de procesos. Que el propósito de esos procesos es la producción de determinados bienes o servicios que llegan o son provistos a la población-objetivo en tanto usuaria de ellos. Esos bienes o servicios que entran en contacto con los usuarios conforman los productos terminales de la iniciativa. Terminal en tanto son de una naturaleza distinta a la de aquellos otros bienes o servicios de carácter intermedio que realizamos los implementadores, pero que solo son un insumo que utilizaremos para elaborar los bienes y servicios que finalmente serán destinados a la población-objetivo.

Cuando decimos que la producción terminal de un proyecto de promoción del desarrollo representa un medio para un fin buscamos resaltar un hecho más o menos obvio: la razón de ser de esos bienes y servicios es que sean eficaces para inducir o provocar el cambio esperado en las personas. Dicho de una forma familiar en nuestro idioma, y que expresa muy bien el sentido que queremos traer aquí, debemos observar con atención si nuestros bienes y servicios surten los efectos esperados.

Hablamos de efectos cuando nos referimos a resultados en términos de cambios valiosos que se espera se susciten entre la población-objetivo.

Además, solemos aguardar a que los cambios a ocurrir desaten un efecto dominó: a que ciertos cambios en los conocimientos, valores y actitudes de la población-objetivo desencadenen a su vez otros cambios, más ambiciosos aún, como pueden serlo las transformaciones en las prácticas y en las formas de la vida en sociedad que involucran a esa población.

Por ejemplo, esperamos que un mayor conocimiento del perjuicio para la salud que trae aparejada la contaminación del aire que producen los automóviles en las ciudades, induzca o provoque un mayor uso de medios de transporte menos contaminantes, o directamente, una mayor recurrencia a medios de transporte que fortalecen la salud, como ser, bicicletas o caminatas.

Hablamos entonces de efectos inmediatos −por ejemplo, un mayor conocimiento de los perjuicios para la salud que provoca la contaminación del aire− y de efectos finales, por ejemplo, menor uso del automóvil debido a una mayor consciencia del daño ambiental que provocan.

Normalmente, los efectos inmediatos deben manifestarse a medida que los bienes o servicios son provistos, o sea, a medida que los productos terminales del proyecto entran en contacto con sus destinatarios. En el ejemplo anterior, esperamos que el servicio “campaña de difusión pública de los resultados de medición de los niveles de contaminación del aire, y de prevalencia de enfermedades ocasionadas por ello”, surta un efecto inmediato del estilo “La población posee un mayor conocimiento y una mayor consciencia del problema de la contaminación ambiental”.

A su vez, los efectos finales de una intervención refieren a los cambios positivos que esperamos sucedan en la población-objetivo cuando el proyecto esté llegando a su fin, al momento que finaliza su etapa de implementación. Expresan un cambio positivo que es lógicamente esperable que ocurra fruto de que previamente se han visto manifestados los cambios identificados como efectos inmediatos.

Siempre en línea con el ejemplo utilizado hasta ahora, a medida que la campaña de comunicación esté llegando a término, es esperable poder observar un mayor uso de medios alternativos al automóvil, que es el resultado que pretende alcanzar la iniciativa, que es su efecto final buscado.

Podemos afirmar entonces que uno de los puntos críticos a revisar y ajustar en la revisión de la cadena causal que fundamenta a toda intervención para el desarrollo es aquél que busca expresar la relación causa-efecto entre lo que generamos desde la intervención con destino a la población-objetivo, y lo que pretendemos que eso suscite en ella. Entre los cambios valiosos que es razonable esperar que ocurran en forma más o menos rápida entre la población-objetivo luego que comienza a entrar en contacto con los bienes o servicios que proporciona el proyecto.

En la revisión de esa relación causal seguramente deberemos ajustar una y otra vez los términos a un lado y otro, preguntándonos recurrentemente qué tipo de bienes o servicios serán idóneos para inducir los cambios buscados en la personas, con qué recursos efectivamente contamos para generar esos bienes y servicios, y qué tan ambiciosos podemos ser entonces tanto en la definición de los cambios inmediatos buscados como en la definición de lo que habremos de producir con el proyecto para lograrlos.


Para saber más:

Formación: quienes deseen explorar una opción de formación corta y de orientación práctica sobre cómo elaborar teorías de cambio o cadenas causales convincentes para proyectos de promoción del desarrollo, aquí encontrarán una opción: https://bit.ly/2K91qsF

Imagen: Magritte, R. (1928) Les amants. [Oil, canvas] Paris, France. Location: Museum of Modern Art (MoMA), New York City, NY, US. https://www.wikiart.org/en/rene-magritte/the-lovers-1928


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4 comentarios sobre “Provocación

  1. LAS CADENAS CAUSA – EFECTO son mas complejas en escenarios frágiles de pobreza estructural y desigualdad. Para mi las intervenciones de desarrollo deben ser vistas desde un prisma caórdico : donde confluyen las necesidades resultantes del caos social-cultural- historico de los grupos metas, y las causales son transdisciplinarias. La sostenibililidad y el impacto depende de esto y lamentablemente los modelos de cambio tipo marco lógico no responden a ello. Saludos cordiales Maibé de Calderón , El Salvador. https://www.linkedin.com/in/maibedecalderon/

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  2. Interesante tu comentario Maibé. Hasta donde yo veo, los modelos siempre resultan ser simplificaciones de la realidad. Quizá su valor esté en eso, en que nos permiten simplificar y entonces, poder comprender mejor cómo funcionan algunas variables, no todas. Y es cierto que la realidad social es muy compleja, y que por eso nos resulta imposible modelarla perfectamente. En los hechos, todos los sistemas complejos suelen ser imposibles de modelar satisfactoriamente. Por ejemplo, los pronósticos sobre el clima y sus cambios siempre carecen de certeza total. Sería interesante conocer más sobre ese prisma que propones, para poder analizar si es capaz de ofrecernos mayores certezas al intervenir en la realidad social.

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  3. Cualquier acción genera un efecto, lo interesante es identificar si tal efecto conduce al fin. Si efectivamente el marco lógico es nuestra guía, pero hay escenarios que requieren una lectura cuidadosa.

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