MEL es la sigla en idioma inglés para un concepto sobre la función de monitoreo y evaluación que busca recordarnos algo esencial: su principal razón de ser es suscitar y facilitar el aprendizaje (“Learning”). Que los esfuerzos invertidos en observar con cuidado las operaciones y resultados de un proyecto de promoción del desarrollo solo se justifican si las lecciones que de ello emergen son utilizadas para ajustar en tiempo y forma su rumbo.

Por lo tanto, tiene sentido agregarle la “L” al clásico “M&E”: existe la tentación de suponer que, si contáramos con un proceso de monitoreo y evaluación bien coordinado y ubicado en el tiempo, entonces automáticamente aprovecharíamos la información para guiar nuestras decisiones.

Sin embargo, existe abundante evidencia de iniciativas para el desarrollo que logran generar oportunamente información significativa sobre el derrotero que adopta el proyecto, sin conseguir, a pesar de ello, que esa evidencia llegue a ser utilizada por la gerencia para enderezar su dirección.

Aprendemos así que no alcanza con ser exitosos en generar información pertinente y oportuna. También debemos serlo en lograr que se incorporen oportunamente las lecciones que se adquieren en tiempo real. Sin esto último, todo lo demás pierde sentido y se vuelve un esfuerzo inútil.

Importa entonces adquirir la habilidad para concebir estrategias que promuevan el uso de la información generada por el proceso de monitoreo y evaluación.

De estos temas trata la nueva propuesta formativa próxima a transcurrir, que hace parte del Programa Efectividad en la Gestión del Desarrollo, MEL: Aprender de la Experiencia. Aprovechando la información que surge del proceso de monitoreo y evaluación. Sus detalles pueden observarse aquí.

Imagen: Vincent Van Gogh. Paisaje marino cerca de Les Saintes-Maries-de-la-Mer. O Barcas de pesca cerca e Saintes-Maries. Junio de 1888. óleo sobre lienzo, 50,5 cm x 64,3 cm. Museo Van Gogh, Amsterdam